lunes, 3 de junio de 2013

Oso panda , en peligro de extinción.


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El oso panda o panda gigante es un mamífero del orden Carnívora y aunque hay una gran controversia al respecto, los últimos estudios de su ADN lo engloban como miembro de la familia de los osos (Ursidae), siendo el oso de anteojos su pariente más cercano, si bien este pertenece a la subfamilia de los tremarctinos. Por otro lado, el panda rojo pertenece a una familia propia e independiente; Ailuridae. Nativo de China central, el panda gigante habita en regiones montañosas como Sichuan y el Tíbet, hasta una altura de 3.500 metros.
El oso panda está en peligro crítico de extinción; la especie está muy localizada. Con 1.600 viviendo en las selvas y 188 en cautiverio (estadísticas 2004 – 2005), reportes demuestran que la cifra de pandas viviendo en libertad va en aumento.
El oso panda es el símbolo de WWF (Fondo mundial para la protección de la naturaleza) desde 1961. UNIQ2826472e1f76a66-addhtml-00000000-QINUEl principal alimento del panda es el bambú, aunque también se alimenta de plantas como el lirio, raíces, bulbos y huevos y otros animales tales como roedores y algunas aves además de otros pequeños mamífero. Es un buen trepador, aunque rara vez se le ve en los árboles. Se adapta a la cautividad y gracias a su pelaje soporta fácilmente las condiciones invernales de su hábitat.
  • Nombre Científico: Ailuropoda melanoleuca
  • Familia: Úrsidos
  • Orden: Carnívoros
  • Clase: Mamíferos

Historia

Los pandas
Mucho se ha discutido sobre la situación taxonómica del oso panda, sobre todo en relación con el panda rojo, y la conclusión podría ser la que indica su nombre común: oso panda. En efecto, se ha comprobado que el también llamado panda gigante es un oso, dando así la razón al primer occidental que vio uno, el naturalista francés Armand David. Pero los panda no siempre han sido considerados de este modo. Entre las vicisitudes por las que han pasado, está la de ser tratados como únicos representantes de sendas familias monoespecíficas; la de los ailuropódidos (para el oso panda) y la de los ailúridos (para el panda rojo). Hasta hace poco, el oso panda todavía se clasificaba dentro de los prociónidos, en una subfamilia que compartía con el panda roja (los ailurinos). Esta suposición se basaba en diferentes interpretaciones de sus características morfológicas, sobre todo de la surgidas a raíz de la gran especialización de ambas especies en la alimentación de bambú, destacando sobre todo el llamado “sexo dedo”, muy útil para arrancar las hojas de los tallos. Sin embargo, complejos estudios modernos, que incluyen la hibridación del ADN, han demostrado que se trata de una convergencia evolutiva, es decir, de una coincidencia debida a la adaptación a un entorno concreto, habiendo llegado ambos animales a la misma solución pero por caminos distintos.
La filogenia
Es cierto, no obstante, que existe un progenitor común del linaje de ambos pandas que vivió hace unos 30-40 millones de años, dando lugar a la familia de los úrsidos por un lado y a la de los prociónidos por otro. Esta última se dividió, hace menos de 30 millones de años, en dos ramas separadas por un océano: la eurasiática y la americana. De esta última quedan numerosas especies (mapaches, coatís, etc.), pero de la que permaneció en Eurasia sólo sobrevive un representante: el panda rojo. En cuanto a los úrsidos, el antecesor del oso panda, que también tiene un único descendiente actual, se separó del tronco principal entre 18 y 25 millones de años atrás. El entronque mayoritario siguió evolucionando hasta dar lugar a las diversas especies de osos actuales.
Adaptaciones recientes
Hace tiempo que se tenía noticia de algún oso panda que no seguía la clásica combinación de colores en blanco y negro, pero se consideraba poco menos que una curiosidad. Pero lo cierto es que se ha repetido, y hoy se conocen tres casos que siguen el patrón de la especie, pero con una mezcla de colores rojizo, marrón y blanco. Ello se considera una reminiscencia de los panda del Pleistoceno, interpretándose los colores blancos y negro como una adaptación del camuflaje a las eras glaciales, que consiguieron superar. De hecho, para algunos, lo extraño no es que hoy el oso panda esté en peligro de extinción, sino que hayan llegado hasta nuestros días. No obstante, es indiscutible que, a pesar de su apariencia de vulnerabilidad, mientras otros formidables carnívoros han desaparecido, el panda ha logrado sobrevivir.

Características físicas

El cuerpo del oso panda es macizo y bajo, casi rechoncho, el oso panda presenta una coloración blanco (algo amarillenta) con características manchas negras, que le confieren un patrón de camuflaje ideal tanto entre la penumbra del follaje de bambú como sobre la nieve. Su cara ancha “de payaso” tristón provoca el afecto humano, pero probablemente para otro animal sea un signo de amenaza, lo que no deja de ser un sistema de defensa.
  • TAMAÑO: Tamaño: El oso panda tiene una longitud cabeza-cuerpo, 1,2-1,5 m, altura en la cruz: 75-95 cm; longitud de la cola: 13 cm. Peso: 75-160 kg.
  • CABEZA: La cara es más aplanada que la de los demás osos, y el hocico menos prominente. Los ojos del oso panda presentan pupilas hendidas verticalmente, como las de los felinos y no como las de los demás osos, que las tienen redondas. Por ese motivo, los chinos llaman a los pandas “daxiongmao”, que significa gran oso gato. Las mandíbulas también han sufrido una adaptación a la vida vegetariana de manera similar a como lo han hecho las patas delanteras. En efecto, son más pequeñas que las típicas de los úrsidos y, sobre todo, su dentición está muy modificada, resultando más parecida a la de un herbívoro que a la de un oso.
  • PELAJE: La piel del oso panda está cubierta por un pelaje no muy largo, pero espeso, tupido y lanoso, muy adecuado en invierno, aunque en verano es un buen hábitat para las garrapatas y otros parásitos externos. Con la edad, el color blanco puede volverse algo amarillento o de aspecto “sucio”. Presenta color negro en las patas, pies, orejas, nariz, zona de los ojos y en una franja que rodea los hombros y que se une con el negro de las patas delanteras.
  • PATAS: Las patas delanteras del oso panda están muy modificadas, con una estructura única, que ha recibido diversos nombres: el pulgar del panda, sesamoide, sexto dedo, pseudopulgar, etc. Pero no se trata de un verdadero dedo, sino de un pequeño hueso alargado de la muñeca que está más desarrollado. En el extremo hay un cojinete suplementario que le permite funcionar como un dedo oponible a los otros cinco verdaderos, y que resulta ideal para agarrar, arrancar y llevarse a la boca las hojas de bambú.
  • CRANEO: El cráneo del oso panda es redondo y voluminoso, sobre todo por los prominentes y separados arcos zigomáticos. OREJAS Grandes y redondeadas, pero resaltan más todavía por su color negro, que contrasta con la base blanca de la cabeza.
  • NARIZ: Situada en el extremo de un hocico blanco no muy largo, y con la punta negra para seguir el patrón global de coloración pía, la nariz proporciona un fino olfato, que el panda utiliza para detectar posibles depredadores y, sobre todo, para adivinar la presencia de sus semejantes y reconocer sus desplazamientos y territorios.
  • PIEL: La piel del oso panda es gruesa porque posee una considerable capa de grasa, cuya función no sólo es proteger del frío, sino también de los frecuentes cortes con las esquirlas de las cañas de bambú.
  • COLA: Con sus 12-14 cm, siempre está retraída, lo que le confiere poca relevancia; bajo la cola posee glándulas olorosas que utiliza para marcar el territorio.
  • PIES: Las plantas de los pies del oso panda son peludas y poseen garras con uñas curvas y aceradas, peor no retráctiles.
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Alimentación

El mundo del bambú
A lo largo de los siglos, en las montañas de persistentes brumas del centro de China, el bambú ha crecido en el hábitat del oso panda ocupando el sotobosque entre las grandes coníferas y los árboles caducifolios. Desde siempre se han formado en estas masas forestales espesuras de cañas prácticamente impenetrables, por donde el oso panda se mueve sin embargo como pez en el agua. En ese mundo, el panda encuentra refugio y una comida previsible que no tiene que cazar ni ir a buscar (de hecho, realiza muy pocos desplazamientos a lo largo del día y, en todo caso, recorre distancias muy cortas). Además, en su hábitat apenas hay competidores y muy pocos y ocasionales depredadores.
De carnívoro a vegetariano
El oso panda es un carnívoro, pero ha sufrido una readaptación drástica (como sus poderosos molares o su sexto dedo) para poder sobrevivir sólo con hojas de bambú. Suele acercar el tallo con una pata delantera para, con la otra, mondarlo arrancando varias hojas, reunirlas y morderlas juntas. Pese a estas adaptaciones, su sistema digestivo sigue siendo de carnívoro, por lo que sólo puede digerir un 17% de la materia que ingiere, mucho menos que los herbívoros normales y, sobre todo, que los rumiantes, que llegan a digerir el 80%. Ello, unido al poco valor nutritivo del vegetal comparado con cualquier dieta de carnívoro, hace que tenga que ingerir grandes cantidades de bambú. Los machos adultos, que son mayores que las hembras, pueden llegar a ingerir hasta 18 kg diarios para cubrir sus necesidades energéticas.
Comer y dormir
Normalmente, el oso panda dedica entre 10 y 12 horas diarias a comer, pero si el poder nutritivo de la planta es mínimo y sus necesidades altas, puede necesitar más de 14 horas para saciarse. Después de dormir lo imprescindible, se levanta nuevamente con hambre, de manera que no hace otra cosa que comer y dormir. Según la estación del año, prefiere devorar hojas y brotes tiernos o bien tallos duros y leñosos. El oso panda en invierno no hiberna, por lo que no puede dejar de comer: debe seguir vagando por el bosque nevado y busca mejor clima a menor altitud. Por ello, cambia la especie de bambú, ya que en los pisos alpinos abunda sobre todo Sinarundinaria fangiana, mientras que a menor altura domina Fargesia spathacea. La presencia de varias especies en su territorio es muy favorable para el panda porque, además de dejar descansar a unas mientras come otras, la garantiza comida cuando una especie florece, pues todos los bambúes mueren después de producir flores.
Competidores
Quizás un factor decisivo en la pervivencia del oso panda hasta la actualidad sea su especialidad alimenticia, pues no tiene demasiados competidores. Únicamente la rata de los bambúes chinos (Rhizomys sinensis) puede ocasionalmente mermar sus recursos alimenticios. Se trata de un animal grande para ser un roedor (posee una longitud de 40 cm y un peso de 1 kg), que corta el bambú a ras del suelo o incluso bajo el mismo, directamente desde las galerías que excava, se come el tallo y deja las ramas. Sin embargo, el oso panda no se alimenta exclusivamente de bambú y de forma eventual puede comer raíces y otras plantas herbáceas: lirios de montaña, gencianas, colas de caballo…, incluso puede cazar algunos peces y pequeños roedores. Si encuentra carne (un animal muerto) tampoco la desprecia.

Distribución

A principios del Cuaternario, hace más de un millón de años, el oso panda ocupaba una extensa área del sudeste asiático: por lo menos desde el norte de Vietnam y Birmania (donde se han encontrado restos) y hasta Pekín, al nordeste de China. Sin embargo, desde fines del Pleistoceno esta área empezó a disminuir a causa de los cambios climáticos y la extensión del poblamiento humano. En los últimos milenios, la presión del hombre se fue incrementando, de manera que desde el inicio de nuestra era (hace 2.000 años) hasta la actualidad se ha comprobado la desaparición del oso panda de las provincias de Henan, Hubei, Guizhou y Hunan. Asimismo, en épocas más recientes, todavía estaba presente en las provincias de Yunnan y Tsinghai; incluso es posible que quede algún ejemplar en esta última, aunque hace tiempo que no se ve ninguno. En la actualidad, sólo sobreviven seis poblaciones, aisladas entre sí y casi todas muy pequeñas. La más septentrional está integrada por 230 ejemplares que viven en la ladea meridional de las montañas de Quin Ling, que dividen el país longitudinalmente en norte y sur. Las seis poblaciones están en tres provincias del centro de China: Shaanxi (con cerca de 200 ejemplares), Gansu (alrededor del centenar) y Sichuan. Esta última es la que tiene mayores posibilidades de mantenerse, ya que según algunas estimaciones recientes contendría unos 800 pandas. Y ya no hay más pandas libres en todo el mundo. En realidad, otros cálculos son más pesimistas, pues señalan que en 1980 la población total era de 900 ejemplares, habiéndose perdido más del 20% en la década de los 80. Así, las últimas estimaciones más fiables sitúan el número de pandas existentes en alrededor de un millar.

Hábitat

En su último refugio del centro de China, el oso panda ocupa zonas forestales montañosas. Su área de campeo se sitúa en la alta montaña, donde no llegan los cultivos. Se encuentra habitualmente por encima de los 1.500 m de altitud, pudiendo acercare a los 4.000 m, si bien en invierno las intensas nevadas lo hacen descender hasta los 1.000 m, incluso puede que algo más abajo. Vive en bosques fríos y húmedos, generalmente de pinos u otras coníferas y, sobre todo, con abundante sotobosque de bambú, su planta nutricia. Muestra preferencia por las zonas con abundante follaje, entre el que pueda ocultarse bien y sentirse seguro. Antiguamente, en los valles de gran parte de China de menos de 1.500 m de altitud dominaba la selva subtropical, donde el oso panda encontraba bambú sin dificultad. Sin embargo, ya hace mucho tiempo que los agricultores acabaron prácticamente con esta selva para plantar arroz, trigo y otros cereales. Por este motivo, el panda ha tenido que subir la altitud de su hábitat por encima de esa cota. Entre 1.500 y 2.000 m, aproximadamente, quedan en algunas zonas restos de la antigua selva subtropical o bosques secundarios de diversos tipos de árboles. Por ahí pueden deambular los osos pandas en la época en que brota el bambú, pero es más frecuente verlos por encima de los 2.000 m de altitud, pues encuentran bosques mixtos de coníferas y caducifolios hasta los 2.600 m. No obstante, su hábitat predilecto se sitúa entre los 2.500 y los 3.200 m, donde van siendo cada vez más dominantes los pinos, muy apropiados para el desarrollo del bambú y para proporcionar cobijo al panda, especialmente a las hembras que han de sacar adelante a sus cachorros. Con los distintos pisos de vegetación, la especie de bambú varía, siendo las más frecuentes las de los géneros Fargesia y Sinarundinaria.
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Estado de conservación

Hoy en día, el enemigo más importante del oso panda es la pérdida de su hábitat, y ésta se produce de un modo imparable sobre todo por la tala del bosque. Por ejemplo, en el área de Quin Ling las compañías madereras ya han ocupado el 70% del hábitat del panda, y siguen destruyéndolo: dinamitan las montañas para hacer nuevas carreteras y poder talar así más cerca de la cima. La consigna es “más madera”, porque en China más de mil millones de personas la necesitan, entre otras cosas, para sus casas y para calentarse…, y dentro de cien años podrían ser 2.000 millones. Así pues, las perspectivas de futuro no son muy halagüeñas para el panda: el alimento y los refugios escasean, las poblaciones están cada vez más aisladas y su hábitat disminuye: el territorio habitable se ha reducido a la mitad en sólo dos décadas.

Reproducción

Encuentro de sexos
Después de todo el año de permanecer solos, en la primera mitad de la primavera (de mazo a mayo, aunque lo más frecuente es en abril) machos y hembras de la especie panda se reúnen. Sin embargo, sólo algunos ejemplares lo hacen, pues una buena parte es demasiado joven, otra demasiado vieja y numerosas hembras están aún cuidando sus crías; en la actualidad, además, el aislamiento y la baja densidad de las poblaciones hace que muchas veces los machos y las hembras aptos y disponibles simplemente no se encuentren, lo cual provoca una lamentable pérdida de potencial reproductivo. Esta afirmación puede parecer exagerada, peor no lo es en absoluto, pues la hembra sólo está en celo unos pocos días al año, a veces uno solo y, como máximo, cinco. Así, a menudo sucede que, a pesar de producirse el encuentro, éste tiene lugar en un momento en el que la hembra no está receptiva, por lo que la fecundación será imposible. En algunas zonas es posible que varios machos hayan percibido el olor característico de la hembra en celo y se acerquen a la vez. En este caso, los machos pelearán –más que una pelea se trata de un forcejeo- para ver cuál tiene más fuerza. El vencedor permanecerá con la hembra un par de días, o puede que uno solo, durante los que se aparearán numerosas veces.
Gestación
El embarazo del oso panda puede durar de poco menos de 100 días a poco más de 160. Este margen tan grande se debe a que el inicio real de la gestación depende del momento en que se haga la implantación diferida del óvulo (puede variar de 45 a 120 días). En todo caso, la mayor parte de nacimientos se producen en agosto o septiembre. Lo normal es que nazcan una o dos crías (excepcionalmente tres), pero casi nunca prospera más de un cachorro. La gestación real es muy corta, como en todos los osos, lo que da origen a un recién nacido pequeñísimo. Con sus 100 gramos, o poco más, el oso panda puede multiplicar por 1.000 su peso para llegar a adulto. En minúsculo e indefenso, pero se hace notar, pues no deja de emitir chillidos-ladridos precisamente para evitar ser aplastado por la madre.
Crecimiento y aprendizaje
La hembra del oso panda permanece 25 días en la cueva o árbol hueco que ha buscado para parir, por lo que tampoco puede alimentarse: sólo cuida de su cachorro. Durmiendo más de veinte horas al día y amamantado por la nutritiva leche materna, el osezno alcanza 1,5 kg. a las siete semanas, momento en que abre los ojos. A partir de entonces la hembra incrementará y prolongará sus salidas durante varias horas para alimentarse y recuperar fuerzas y poder así continuar suministran leche a un cachorro cada día más insaciable. Hasta hace poco, estas ausencias eran aprovechadas por los furtivos para atrapar al inerme cachorro, que casi siempre acababa muriendo en manos del hombre. A los dos meses el oso panda todavía no hace más que dormir y mamar tres o cuatro veces al día. A los tres meses ya se muestra más activo y sus movimientos empiezan a ser coordinados. A los tres o cuatro meses el pequeño panda da sus primeros pasos fuera de la madriguera, pero cuando encuentra bambú sólo juega con él, pues sigue alimentándose exclusivamente de la leche materna. Empezará a comer bambú como complemento de la dieta poco antes de cumplir medio año. El destete definitivo se produce a los nueve meses, pero no abandonará a la madre hasta cumplir los 18 meses. En cuanto se independiza de la madre, el joven oso panda está bastante indefenso ante los depredadores. Jugando con cualquier animal u objeto que se encuentra y con el mismo bambú, tiene que aprender a sobrevivir basándose en lo que ha visto hacer a su madre. Por suerte, no es frecuente ver a grandes felinos adentrarse e las actuales áreas de distribución del panda. El oso panda no alcanza la madurez sexual hasta los seis o siete año de edad. Nunca realiza migraciones y, a diferencia de otros osos, ningún año hiberna. Según sea el invierno más o menos riguroso, descenderá más o menos hacia el valle, pues en la alta montaña helada no puede sobrevivir.
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Comportamiento

Actividad
El oso panda es preferentemente nocturno y crepuscular, aunque no es raro verlo activo de día ya que tiene que comer por lo menos 10 ó 12 horas diarias para ingerir la comida necesaria. Duerme unas 7 u 8 horas. Suele deambular por el suelo recogiendo bambú, pero puede trepar perfectamente gracias a sus poderosas garras y a la fortaleza de sus patas. De aspecto pesado, los pandas son, sin embargo, sorprendentemente ágiles, gracias a que poseen unas articulaciones muy flexibles. Su área de campeo no supera los 6 mk2, a no ser que el hábitat esté alterado y tenga la imperiosa necesidad de buscar más comida. En condiciones normales, el oso panda no se desplaza mucho más de 500 m en una jornada. No construye cuevas, peor se refugia en ellas, así como en cavidades del terreno, agujeros de rocas y huecos de grandes árboles. Tímido y raramente agresivo, sólo muestran violencia las hembras si ven en peligro a su cachorro o si su territorio es invadido.
Relaciones sociales
El oso panda es un animal solitario, el oso panda mantiene una cierta relación con sus congéneres cercanos al margen de las raras peleas entre machos y los dos días al año que conviven ambos sexos. La comunicación es básicamente olfativa y más raramente acústica. En su trayecto diario, el oso panda va marcando algunos árboles con las glándulas olorosas que posee bajo la cola: restriega los cuartos traseros con árboles, piedras… Sin embargo, estudios etológicos indican que la delimitación del territorios sólo es realizada por las hembras adultas; los machos se limitan a señalar la ruta que han seguido. Oliendo estos rastros, que tienen la ventaja de ser muy perdurables en el tiempo, el individuo identifica el sexo y el estado de predisposición sexual de su compañero, al que no sólo no ve, sino que puede que no haya visto nunca. Otro sistema de comunicación, mucho más ocasional por la rareza de los encuentros, es el acústico. Curiosamente, el oso panda tiene un auténtico repertorio e sonidos: balidos, gruñidos, gemidos y un chillido-ladrillo que es el más agudo de entre los carnívoros de su tamaño; no se conoce el significado de la mayor parte de voces que utiliza.

Cuidados

Las crías de oso panda nacen indefensas, por lo que requieren muchos cuidados maternos durante los primeros meses de vida. La mortandad en este tiempo es muy elevada, lo que constituye un serio problema para la recuperación de la población mediante la cría en cautividad. La reproducción tiene lugar entre los meses de marzo y mayo, tras una gestación de entre tres y seis meses, y su peso puede oscilar entre los 85 y 140 gr. A veces pueden nacer dos crías, pero sólo una sobrevive.
EL oso panda es un animales solitario, durante la mayor parte del año. No hibernan. El conocimiento de los hábitat de los grupos familiares y la supervivencia de los jóvenes suponen un reto para los investigadores, aunque se sabe que algunos se refugian en guaridas y agujeros de árboles.
Aunque los pandas gigantes llevan vidas solitarias, algunas hembras que viven por separado en el territorio de un macho dominante se aparean con él. Estos osos no rugen como lo hacen los de otras especies, ya que su voz es similar a un balido. Las crías, para solicitar el cuidado de su madre, emiten unos sonidos muy tenues.
Por otra parte, los hábitos alimenticios del panda gigante constituyen otro problema a la hora de su cuidado y cría en cautividad, pues se alimenta casi exclusivamente de bambú, que no es muy nutritivo, a lo que hay que añadir que las especies de esta planta florecen en determinados períodos y se marchitan poco tiempo después, lo que en ocasiones lleva a estos animales a pasar hambre.
No obstante, la mayor amenaza proviene de la tala de plantaciones de bambú causada por el hombre. En períodos de hambre, los osos panda se aproximan a zonas habitadas por humanos para alimentarse de las plantas de los jardines y cultivos y, aunque llegan a atacar a las gallinas en ocasiones, no constituyen una amenaza seria para las personas, excepto cuando se producen encuentros fortuitos a una distancia muy corta.
El área de distribución del oso panda gigante está dividida en ocho zonas en donde viven otras tantas poblaciones que se encuentran aisladas entre sí, con un número total estimado en 1.500 individuos. Sólo una gestión y un cuidado intensivos asegurarán la supervivencia de la especie, aunque los esfuerzos han sido poco efectivos. Existe otra especie de panda, el panda menor, que habita en bosques de montaña del Himalaya oriental, en altitudes de 1.800 a 3.600 m. Los individuos de esta especie miden unos 60 cm de longitud y tienen una cola tupida que mide casi lo mismo que su cuerpo. Tienen un pelaje erizado y de color pardo y llevan en la cabeza una máscara blanca.
El oso panda es un animal grande, con pelaje blanco o amarillento, largo, denso y de aspecto lanoso; sus hombros, patas, orejas y zona de los ojos son de color negro; la cola es ancha y corta.
Es bien conocido el llamado falso pulgar del panda, que consiste en realidad en un hueso sesamoideo* radial muy desarrollado y que forma una especie de sexto dedo oponible a los otros cinco.
Es un animal de costumbres solitarias, excepto en la época de celo, que es cuando ambos sexos se reúnen; entonces se puede oír a los machos gruñir.
  • Se dice especialmente de unos huesos pequeños, cortos y redondeados, de constitución fibrosa, que se desarrollan en el espesor de los tendones y en determinadas articulaciones.

Estado de conservación

La baja tasa de natalidad del oso panda, la alta tasa de mortalidad infantil y la destrucción de su ambiente natural lo colocan bajo la amenaza de la extinción. La ley china es muy rígida en cuanto a su caza, lo que ha disminuido esta problemática. En 1995, un terrateniente fue sentenciado a prisión perpetua por haberle disparado a un panda. Al año siguiente, dos hombres fueron condenados a pena capital después de ser capturados portando pieles de panda y mono dorado. A partir de 1997 la pena para los infractores pasó a ser de 20 años de prisión.
Las trampas para ciervos almiscarados y osos negros muchas veces acaban hiriendo a los pandas.
El número de pandas salvajes en China está estimado en 1600. En 2000 se contaban 1.114 ejemplares, esparcidos por territorios que tienen una superficie total de 23.000 km² en las provincias de Sichuan, Gansu y Shaanxi. Estudios en 2006, basados en exámenes de ADN extraído de excrementos de panda, indican que podría haber 3.000 animales en libertad. Existen 239 pandas gigantes en cautiveiro en China. Más de un centenar de ellos están en un centro especializado en Sichuan.[4] Otros 20 especímenes se encuentran distribuidos por los principales zoológicos del mundo.
Evolución temporal del estado de conservación
  • 1965 – “Muy raro pero se considera que el número de individuos será estable o aumentará” (Scott, 1965)
  • 1986 – Raro (IUCN Conservation Monitoring Centre 1986)
  • 1988 – Raro (IUCN Conservation Monitoring Centre 1988)
  • 1990 – Amenazado (IUCN 1990)
  • 1994 – Amenazado (Groombridge 1994)
  • 1996 – Amenazado (IUCN Bear Specialist Group 1996)
Baby boom
El 2005 fue considerado un gran año para los proyectos de cría en cautiverio del oso panda, 25 crías nacidas en zoológicos y centros de reproducción sobrevivieron. En 2004 sobrevivieron apenas 9 crías.

Otros Panda

El Panda Roja
Actualmente el oso panda más conocido, el panda por excelencia, es el gigante, pero existe otro panda. De hecho, durante 50 años el único panda conocido por todo el mundo era el panda rojo (Ailurus fulgens), también llamado panda pigmeo o menor. Es un prociónido, como el mapache, pero asiático, siendo el único representante de esta familia que vive fuera de América. Mucho más pequeño y menos corpulento que el oso panda (pesa de 3 a 6 kg), el panda rojo presenta un cuerpo muy alargado; con una altura en la cruz de unos 35 cm, su cuerpo mide cerca de 60 cm y su cola no prensil, 40 cm. De pelaje rojizo con manchas blancas en la cara, las orejas y la cola, su expresión recuerda a la del oso panda y, como él, como bambú. Por ello también posee un hueso alargado de la muñeca o “sexto dedo”. Es arborícola, pero desciende para procurarse comida, aunque sin alejarse demasiado de los árboles que le proporcionan cobijo. Si le persigue un felino u otro depredador, trepa con extraordinaria agilidad y rapidez. Es nocturno y crepuscular; del día duerme sobre su árbol de manera parecida a la postura de perros y gatos: enrollado, con la cola por delante de la cabeza. Se encuentra en bosques del este del Himalaya ricos en rododendros y bambú. Su hábitat está en la alga montaña, llegando a los 4.000 m de altitud, donde soporta un clima todavía más frío que el del oso panda. Normalmente vive solo, aunque a veces lo hace en pareja o grupos familiares reducidos. Sin embargo, incluso en estos en estos últimos casos macho y hembra duermen en árboles separados, excepto durante la época de cría.
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